Por norma, existe una central que controla el sistema de detección a través de unos sensores, en caso de que se confirme el incendio el sistema de extinción entra en acción, inundando la sala o recinto del agente extintor. Hay que escoger bien el tipo de gas dependiendo de lo que se necesita proteger y de la existencia o no de personas.
Un sistema de agua nebulizada puede ser una buena opción para proteger zonas sensibles ya que utiliza el agua dividida en gotas de tamaño inferior a 1000 micras, de ésta manera, se produce el enfriamiento del fuego, el desplazamiento del oxígeno por parte del vapor generado y la atenuación del calor radiante.
Los sistemas de extinción por espuma son uno de los sistemas más eficaces para la extinción de incendios que han sido provocados e involucran líquidos inflamables y combustibles (clase B). Pese a no ser muy habitual, es posible también su uso para incendios generados en otro tipo de materiales como sólidos o líquidos.
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